El gran árbol genealógico y la esperanza de vida
Investigadores de varias instituciones estadounidenses e israelíes publicaron recientemente el mayor árbol genealógico construido hasta el momento recopilando datos de unas 13 millones de personas repartidas en 11 generaciones conectadas entre sí por lazos familiares y matrimoniales. La información de este conjunto fue tomado de la web Geni.com, a partir de los árboles genealógicos de unas 6000 personas previo consentimiento de las mismas. Esta web pone a disposición de cualquier persona la posibilidad de crear su propio árbol genealógico, lo cual ha sido de gran utilidad para este grupo de investigadores.
En un primer análisis, el árbol ha desprendido información sobre el radio de matrimonio, la migración y la consanguineidad. No obstante, es curioso el estudio sobre los genes de “larga vida”, los que afectan a la longevidad de los individuos. El equipo aplicó la técnica centenaria de comparar una cualidad, en este caso la longevidad, entre familiares de distinto parentesco —desde hermanos hasta primos lejanos— para evaluar la contribución de la herencia biológica a este rasgo. El modelo informático que diseñaron analizó los datos de tres millones de familiares nacidos entre 1600 y 1910 que habían vivido más de 30 años (excluyendo gemelos y víctimas de guerras o desastres naturales). Los investigadores encontraron que la genética explica aproximadamente un 16% de la variabilidad observada en la longevidad: la cifra está en los valores inferiores del rango estimado por otros estudios, de entre 15 y 30 por ciento. Esto significaría que, la causa genética sólo puede prolongar la vida en unos 5 años más y que lo que realmente tiene peso en nuestra esperanza de vida son las decisiones que tomamos, como fumar que la reduce en 10 años.
Estudios anteriores señalaban genes de longevidad epistásicos, es decir, que sólo mostraban el efecto de una mayor esperanza de vida cuando se heredaban juntos. Sin embargo, el análisis del árbol genealógico del que hablamos no parece mostrar evidencias de ningún tipo de epistasis. De haberlas encontrado, se habría observado una correlación exponencial entre la fecha de muerte y el parentesco, pero la proporción es más bien directa, lineal. Se aboga por la teoría de la existencia de genes que pueden retrasar la muerte unos años pero que actúan de forma independiente y aditiva.
Noticia
https://elpais.com/elpais/2018/03/01/ciencia/1519900133_860782.html
Referencia
Yaniv Erlich et al. Quantitative analysis of population-scale family trees with millions of relatives. Science 01 Mar 2018: eaam9309 DOI: 10.1126/science.aam9309
http://science.sciencemag.org/content/early/2018/02/28/science.aam9309.full
By Félix Andújar (DGMol)
Investigadores de varias instituciones estadounidenses e israelíes publicaron recientemente el mayor árbol genealógico construido hasta el momento recopilando datos de unas 13 millones de personas repartidas en 11 generaciones conectadas entre sí por lazos familiares y matrimoniales. La información de este conjunto fue tomado de la web Geni.com, a partir de los árboles genealógicos de unas 6000 personas previo consentimiento de las mismas. Esta web pone a disposición de cualquier persona la posibilidad de crear su propio árbol genealógico, lo cual ha sido de gran utilidad para este grupo de investigadores.
En un primer análisis, el árbol ha desprendido información sobre el radio de matrimonio, la migración y la consanguineidad. No obstante, es curioso el estudio sobre los genes de “larga vida”, los que afectan a la longevidad de los individuos. El equipo aplicó la técnica centenaria de comparar una cualidad, en este caso la longevidad, entre familiares de distinto parentesco —desde hermanos hasta primos lejanos— para evaluar la contribución de la herencia biológica a este rasgo. El modelo informático que diseñaron analizó los datos de tres millones de familiares nacidos entre 1600 y 1910 que habían vivido más de 30 años (excluyendo gemelos y víctimas de guerras o desastres naturales). Los investigadores encontraron que la genética explica aproximadamente un 16% de la variabilidad observada en la longevidad: la cifra está en los valores inferiores del rango estimado por otros estudios, de entre 15 y 30 por ciento. Esto significaría que, la causa genética sólo puede prolongar la vida en unos 5 años más y que lo que realmente tiene peso en nuestra esperanza de vida son las decisiones que tomamos, como fumar que la reduce en 10 años.
Estudios anteriores señalaban genes de longevidad epistásicos, es decir, que sólo mostraban el efecto de una mayor esperanza de vida cuando se heredaban juntos. Sin embargo, el análisis del árbol genealógico del que hablamos no parece mostrar evidencias de ningún tipo de epistasis. De haberlas encontrado, se habría observado una correlación exponencial entre la fecha de muerte y el parentesco, pero la proporción es más bien directa, lineal. Se aboga por la teoría de la existencia de genes que pueden retrasar la muerte unos años pero que actúan de forma independiente y aditiva.
Noticia
https://elpais.com/elpais/2018/03/01/ciencia/1519900133_860782.html
Referencia
Yaniv Erlich et al. Quantitative analysis of population-scale family trees with millions of relatives. Science 01 Mar 2018: eaam9309 DOI: 10.1126/science.aam9309
http://science.sciencemag.org/content/early/2018/02/28/science.aam9309.full
By Félix Andújar (DGMol)
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