viernes, 24 de febrero de 2017

Genes & Envejecimiento

Desenterrando las raíces evolutivas del envejecimiento 
El envejecimiento es uno de los problemas de la población y a pesar de la implicación de la comunidad científica, no hay una teoría o consenso común universal. Posiblemente, dos de las teorías evolutivas más conocidas sobre esto y que se sustentan en que una variante génica deletérea será más difícil de eliminar por selección natural si se manifiesta en edades tardías, son la Teoría de la acumulación de mutaciones (Medawar, 19551) y la de la Pleiotropía antagonista (Williams, 1957). La primera propone que las variante génicas deletéreas se acumulan y aparecen en una vez pasada la edad reproductiva, mientras que la segunda dice que estas variantes génicas podrían mantenerse si confieren una ventaja adaptativa durante el período fértil.
Recientemente, un grupo de investigación ha demostrado a nivel de genoma completo el mecanismo evolutivo sugerido por estas dos teorías. Para la teoría de la acumulación de mutaciones, tal y como dijo Mendawar, las frecuencias de las variantes de riesgo fueron significativamente más altas en las enfermedades de aparición tardía cuando se consideraban límites de edad desde los 10 a los 40 años. Esto implica un tipo de frontera evolutiva donde la frecuencia de una variante fluctúa libre de presiones y puede aumentar su frecuencia aunque suponga un riesgo para el portador.
A partir de los mismos datos se observaron un exceso de variantes génicas beneficiosas durante la juventud que resultan perjudiciales en la vejez, por lo que Williams estaba en los cierto con su teoría. Pero este exceso de mutaciones pleiotrópicas antagonistas era pronunciado cuando se consideraban umbrales de edad entre 40 y 50, lo cual nos remite a una frontera evolutiva temporal la cual parece reflejar un límite biológico conocido en la especie, la aparición de la menopausia (marca el fin de la edad reproductiva en mujeres).
Esta investigación tiene como medio establecer conexiones genéticas entre algunas enfermedades.  De esta forma, una de las posibles aplicaciones prácticas es el conocimiento completo de las conexiones genéticas entre enfermedades que en un futuro podría anticipar los efectos de algunas  enfermedades de la vejez a partir de las enfermedades que nos han afectado o nos han dejado de afectar durante nuestra juventud. Esto podría contribuir al uso de un mismo medicamento para tratar varias condiciones, si sabemos que ambas enfermedades proceden de defectos en una ruta metabólica compartida.
En conclusión, el conocimiento generado será importante para paliar el impacto social de una población cada vez más envejecida.

Noticia 

Referencia

By Lucía Sáez (DGMol)


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